Causas de la alergia a los gases anestésicos y filtros Vapor-Clean
La alergia a los gases anestésicos puede causar una crisis de hipertermia maligna. Esta enfermedad farmacogenética del músculo esquelético puede ser mortal si el personal sanitario no reacciona de inmediato ante la aparición de las señales de alarma. Equipar las máquinas de anestesia con filtros de carbón activado Vapor-Clean ayuda a reducir drásticamente el tiempo entre el diagnóstico y el inicio del tratamiento vital y, por lo tanto, a aumentar las probabilidades de supervivencia del paciente en la misma proporción.
Alergia al gas anestésico
La alergia a los gases anestésicos se presenta principalmente en presencia de gases volátiles potentes como el halotano, el sevoflurano, el desflurano o la succinilcolina. Este último componente es un relajante muscular despolarizante. Si bien se considera un desencadenante débil, puede acortar el tiempo de inicio y aumentar sus efectos. La alergia a los gases anestésicos causa rigidez muscular y un aumento del dióxido de carbono espirado, que se acompañan rápidamente de hipertermia fulminante (aumento de la temperatura de 1 °C cada 5 minutos), rabdomiólisis, taquicardia, taquipnea o acidosis respiratoria, entre otros.
Poblaciones en riesgo
Aunque se estima que la incidencia de una crisis de hipertermia maligna es de aproximadamente 1 por cada 250.000 anestésicos, el número de personas en riesgo es mucho mayor. Según datos del INSERM, esta alergia al gas anestésico se debe a una anomalía genética que afecta a 1 de cada 3.000 personas. Cuando una persona desarrolla alergia al gas anestésico , es crucial actuar con rapidez deteniendo la difusión de los agentes anestésicos y evitando que las partículas volátiles lleguen al paciente.
Las ventajas de los filtros Vapor-Clean
Al instalar filtros Vapor-Clean en la máquina de anestesia, el operador puede purgar completamente el circuito en menos de 90 segundos. Esto también le permite tratar a un nuevo paciente, garantizando la ausencia de moléculas de gas anestésico en forma de vapor. Estas ventajas simplifican las maniobras del anestesiólogo y aumentan significativamente la tasa de éxito del tratamiento durante una crisis de hipertermia maligna.